"Hay un momento para el valor y otro para la prudencia y el que es inteligente los distingue.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. "


Sociedad de los Poetas Muertos, Walt Whitman.

sábado, 9 de octubre de 2010

La nueva voz de la nación: protesta de masas y clase obrera.


La nueva voz de la nación: protesta de masas y clase obrera.
“Yo te daré / te daré, patria hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / Perón”. Y aquel “Perón”, resonaba en plaza de mayo el 17 de Octubre de aquel 1945, insistentemente,  como una detonación. 
“El día 17 de octubre de 1945 se simuló que un coronel había sido arrestado y secuestrado, y el pueblo de Buenos Aires lo rescataba; nadie se detuvo a explicar quienes lo habían secuestrado ni como se sabía de su paradero”, son palabras de  Jorge Luis Borges publicadas en 1955, en la edición número 237 de “Eillusion Comique” de la revista Sur. Como esclarecía el célebre escritor, nadie dio a conocer el porqué de la captura ni la identidad de sus captores. Las únicas voces que se oyeron fueron aquellas de un grupo que nació como ave fénix de entre las cenizas: “EL PUEBLO”.


El nacimiento de la “figura nacional de Perón” esta íntimamente ligado a la intervención de los trabajadores, fieles servidores, quienes emprendieron su rescate a modo de protesta acompañada de cantos carnavalescos pero también con tono de  rebelión. Don Arturo Jauretche afirmó alguna vez,  “El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia”.

Ese día el país partió su historia a la mitad. La argentina ya no volvería a ser la misma. La clase obrera se posicionó como fuerza autentica dentro de la sociedad y la política argentina. El peronismo consolido sus orígenes y su legitimidad en la lucha por defender esa especie de  vínculo “casi paternal” que existió entre una “figura del poder y su pueblo”. ¿Por qué el 17 de octubre quedo grabado a fuego en la memoria de miles de argentinos?        

Los obreros y trabajadores tras conocer la noticia de que Juan Domingo Perón, había sido destituido de los cargos de Vicepresidente y Secretario General de Trabajo y Previsión y que se encontraba ahora preso por el gobierno militar del que había formado parte, miles, y hay quienes dicen millones de personas, desataron su ira en contra del gobierno.

“El 17 de octubre fue una revolución popular y pacífica de Latinoamérica y del mundo, que levantó las banderas de la emancipación de los trabajadores y la liberación d la república”, citaba Cipriano Reyes en su libro “Yo hice la revolución del 17 de octubre”. Pero lejos de haber sido una jornada en paz, hubo huelgas generales, cortes de calles, destrucción pública de símbolos sagrados, invasión en propiedades privadas, agresión y violencia contra universitarios y en contra de periódicos locales como el diario “El Día” de La Plata. Todo acto de revolución llevado a cabo,  sin siquiera olvidar por un instante cual era su objetivo.

“Su mayor preocupación consistía en dejar bien establecida la autenticidad de esos acontecimientos como una genuina acción de la clase obrera” reflexionó Daniel James. Cansados de soportar gobiernos oligárquicos y de ser olvidados por el resto de la sociedad de la que formaban parte, esta “nueva” pero vieja clase en ascenso, consideró que era tiempo de lograr un cambió y luchar por esa justicia social que tanto les había inspirado “su general”. James a modo de conclusión, supone que  “el transgredir esas instituciones, blasfemar contra esos símbolos y escarnecer las normas del decoro y la buena conducta, las multitudes de octubre estaban poniendo en evidencia la impotencia de dichas instituciones y negándoles autoridad y poder simbólico”.

“¡Trabajadores!, hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino.” Una tremenda y prolongada ovación interrumpe su discurso ente cánticos y consignas que le impiden continuar, el pueblo solo interrogaba una cosa “¿donde estuvo?, ¿donde estuvo?”. Entre inteligentes evasivas Perón conformó a sus seguidores con palabras para la inspiración,  “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de ser argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación.”


“Hoy por ti, mañana para mí”: Reforma Universitaria 1918

Educación e historia.

“Hoy por ti, mañana para mí”: Reforma Universitaria 1918

“La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”. Aprender, elegir, escuchar y ser escuchado, tener libertad y tomar decisiones, son conceptos innatos del discurso estudiantil de hoy y de siempre. En 1918 los alumnos de la Universidad Nacional de Córdoba, se armaron de coraje y dispusieron enfrentarse al monstruo conservador que custodiaba las universidades de la época.

Jóvenes cordobeses  movilizados por un sentimiento heroico y puro, cansados de ser rechazado e ignorado por las autoridades educativas dieron el  puntapié inicial a un vasto movimiento que definitivamente quedaría impregnado no solo en la memoria argentina  sino tambié
n en la historia de toda Latinoamérica.

“La juventud universitaria de Córdoba cree que  ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos” reafirmaba Deodoro Roca en el “Manifiesto Liminar de La Reforma”, 21 de junio de 1918. Pero, ¿Cuál es el motivo de lucha y reclamo que movilizó hasta el cansancio al estudiantado argentino?, ¿De dónde nace el sentimiento homérico de querer arriesgar todo sin miedo a las represalias?, ¿Qué tan grande fue el impacto de este movimiento revolucionario Argentino en el resto del mundo?

Al hacer referencia sobre el  contexto histórico que envuelve al mundo a partir del 1900, es imposible dejar de nombrar ciertos acontecimientos que marcaron un antes y un después en la historia. La Revolución Bolchevique de Rusia, que finalizó con la peor de las autocracias europeas, los primeros pasos rebeldes de México a partir de 1910, la gran crisis económica herencia de la Primera Guerra Mundial, y sin ir más lejos la revuelta argentina que inicia en 1890 en contra del régimen oligárquico y la república conservadora, las intensas corrientes inmigratorias que alteran la composición social del país, son algunos de los acontecimiento que delimitaron el terreno por el que fueron transitando estos nuevos  rebeldes argentinos.

Lenin, Trotzky, Villa, Zapata, son algunas de las mentes brillantes que inculcaron ese espíritu salvaje de lucha e influyeron en lo que sería un levantamiento cultural que se extendería por todo América Latina y el mundo con su edicto de acceso democrático de los pueblos a la educación superior, la democratización popular de las repúblicas oligárquicas y por sobretodo el derecho a la libertad de expresión y  pensamiento.

No se dió en Buenos Aires, aunque parezca curioso, sino en Córdoba, “una ciudad atrapada por el espíritu colonial, casi sin industrias, carente de una poderosa clase media”, explica Portantiero, “desde allí Franqueo sus límites, se extendió primero en todo el país, asumió bríos americanos y se instaló durante más de una época en todo el continente”. Existían ansias y necesidades por todas partes, La Plata, Buenos Aires, México, Perú. Solo bastaba un pionero que encendiera la mecha.

Los jóvenes reformistas hicieron realidad sus fantasías de la docencia libre, la posibilidad de cátedras paralelas, concursos público que garantizaran la igualdad de oportunidades, periodicidad de cátedras que mantengan a cada docente actualizado, y la consolidación de la extensión universitaria con el fin de devolver una pequeña parte de los recursos humanos que la sociedad aporta a diario para el afianzamiento de la educación argentina.

Es una lástima ver como en la actualidad, el espíritu de sana rebeldía y lucha constante por defender los derechos que les corresponden a las personas como miembros de la esfera social, se ha perdido casi por completo. ¿Dónde han quedado esas personalidades tan valientes?, ¿Dónde encontramos hoy  un Palacios, un Bunge, o un Lugone, que alienten a la juventud a defender lo que les corresponde? En palabras de Roca, “La reforma era un camino que buscando un maestro, se dio con un mundo”

Federación Universitaria del Litoral. La reforma Universitaria

¿Realidad que es noticia, o noticia que es realidad?

“Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo” Favaloro no era periodista pero seguramente tenía muy en claro el concepto de  honestidad. Hablar con la verdad y ser objetivo fueron siempre los valores más importantes del periodismo. O al menos eso era lo que se creía.

En la época de Mariano Moreno  hacer noticia significaba hablar con la verdad y buscar justicia en cada párrafo, en cada línea. Quien se atrevería a cuestionar las palabras sabias de personas con estudios y grandes reputaciones. Hoy en día la duda y la sospecha son las sombras del periodismo nacional. ¿Es cierto lo que dicen los diarios, la tele y la radio?, ¿Porqué hay tantas versiones diferentes de un mismo hecho?, ¿Quién garantiza que los acontecimiento de los que tanto oímos, leemos o televisamos, son verdaderos extractos de la realidad social?, ¿Por qué ha cambiado tanto el concepto de noticia?

Para un comunicador social, un periodista, conocer los criterios de noticiabilidad de los hechos es una regla básica. Para que un hecho sea noticia debe ser, novedoso, original, imprevisible y tiene que despertar el interés en una gran cantidad de gente. Sin embargo esta no es una regla que se cumpla a raja tabla.

Actualmente de las cuatro características parece ser que la más importante responde a la curiosidad, es decir a alcance de la audiencia. “Cada vez más la noticia es ficción: está producida en busca de atrapar la atención de la audiencia” confirmaba en una vieja entrevista, José María Pasquini Duran, antiguo editor de Página 12.

En la actualidad el debate sobre que es noticia y que no, ha tomado otro rumbo. Eliseo Verón, asegura que “la noticia es una construcción de la realidad que existe en función de que la comunicación permite disponer de un mecanismo de relación entre los individuos”. Esta redefinición de la noticia como constructora o mejor dicho “modeladora” de la realidad social pone en jaque la hipótesis de la objetividad periodística y la concepción de la comunicación social como un proceso lineal.

Hacer noticia hoy, no significa inventar los hechos, sino contar la misma realidad de manera diferente, utilizando todo tipo de recurso para lograr la captura del público teniendo como lema principal el “entretenimiento”, pasando a un segundo plano el objetivo de “informar”. “La misma realidad la tengo que producir de distinta manera y al producirla le estoy introduciendo mi subjetividad” confiesa Pasquin.

Existe entre los lectores y los medios una especie de “contrato de lectura” que según Verón es una “construcción del lazo que une en el tiempo un medio y sus consumidores” el cual debe construirse, conservase, y evolucionar con el objetivo de preservar los hábitos de consumo. Las personas enceguecidas de confianza no se percatan de los trasfondos empresariales, económicos y políticos que rodean al mundo de la información y se entregan ciegamente a él.

De esta manera el trabajo de muchos comunicadores no dependen de su criterio de ética y moral sino más bien del criterio del medio para el que trabajan. La “agenda de los medios” delimitada por grandes corporaciones y “grandes personalidades” vuelve difícil de establecer una definición particular sobre que es noticia y que no.  
Hoy en nuestra sociedad argentina las cosas han cambiado. La inocencia de hacer periodismo por el puro placer de dar a conocer la verdad ha quedado a un lado desplazado por la avaricia económica y el deseo del éxito. Thomas Carlyle estaba en lo cierto cuando decía, “El periodismo es grande. A caso cada periodista ¿no es un regulador del mundo, si lo persuade?”
La noticia, Construcción de la realidad social.