La nueva voz de la nación: protesta de masas y clase obrera.
“Yo te daré / te daré, patria hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / Perón”. Y aquel “Perón”, resonaba en plaza de mayo el 17 de Octubre de aquel 1945, insistentemente, como una detonación.
“El día 17 de octubre de 1945 se simuló que un coronel había sido arrestado y secuestrado, y el pueblo de Buenos Aires lo rescataba; nadie se detuvo a explicar quienes lo habían secuestrado ni como se sabía de su paradero”, son palabras de Jorge Luis Borges publicadas en 1955, en la edición número 237 de “Eillusion Comique” de la revista Sur. Como esclarecía el célebre escritor, nadie dio a conocer el porqué de la captura ni la identidad de sus captores. Las únicas voces que se oyeron fueron aquellas de un grupo que nació como ave fénix de entre las cenizas: “EL PUEBLO”.
El nacimiento de la “figura nacional de Perón” esta íntimamente ligado a la intervención de los trabajadores, fieles servidores, quienes emprendieron su rescate a modo de protesta acompañada de cantos carnavalescos pero también con tono de rebelión. Don Arturo Jauretche afirmó alguna vez, “El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia”.
Ese día el país partió su historia a la mitad. La argentina ya no volvería a ser la misma. La clase obrera se posicionó como fuerza autentica dentro de la sociedad y la política argentina. El peronismo consolido sus orígenes y su legitimidad en la lucha por defender esa especie de vínculo “casi paternal” que existió entre una “figura del poder y su pueblo”. ¿Por qué el 17 de octubre quedo grabado a fuego en la memoria de miles de argentinos?
Los obreros y trabajadores tras conocer la noticia de que Juan Domingo Perón, había sido destituido de los cargos de Vicepresidente y Secretario General de Trabajo y Previsión y que se encontraba ahora preso por el gobierno militar del que había formado parte, miles, y hay quienes dicen millones de personas, desataron su ira en contra del gobierno.
“El 17 de octubre fue una revolución popular y pacífica de Latinoamérica y del mundo, que levantó las banderas de la emancipación de los trabajadores y la liberación d la república”, citaba Cipriano Reyes en su libro “Yo hice la revolución del 17 de octubre”. Pero lejos de haber sido una jornada en paz, hubo huelgas generales, cortes de calles, destrucción pública de símbolos sagrados, invasión en propiedades privadas, agresión y violencia contra universitarios y en contra de periódicos locales como el diario “El Día” de La Plata. Todo acto de revolución llevado a cabo, sin siquiera olvidar por un instante cual era su objetivo.
“Su mayor preocupación consistía en dejar bien establecida la autenticidad de esos acontecimientos como una genuina acción de la clase obrera” reflexionó Daniel James. Cansados de soportar gobiernos oligárquicos y de ser olvidados por el resto de la sociedad de la que formaban parte, esta “nueva” pero vieja clase en ascenso, consideró que era tiempo de lograr un cambió y luchar por esa justicia social que tanto les había inspirado “su general”. James a modo de conclusión, supone que “el transgredir esas instituciones, blasfemar contra esos símbolos y escarnecer las normas del decoro y la buena conducta, las multitudes de octubre estaban poniendo en evidencia la impotencia de dichas instituciones y negándoles autoridad y poder simbólico”.
“¡Trabajadores!, hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino.” Una tremenda y prolongada ovación interrumpe su discurso ente cánticos y consignas que le impiden continuar, el pueblo solo interrogaba una cosa “¿donde estuvo?, ¿donde estuvo?”. Entre inteligentes evasivas Perón conformó a sus seguidores con palabras para la inspiración, “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de ser argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación.”